CRÁNEO DE HIENA

Los registros fósiles no han producido ni un solo ejemplo de una criatura en estado intermedio de desarrollo entre reptiles y mamíferos -los cuales, según afirman los evolucionistas, deben haber vivido en el pasado. Igual que con otras clases de seres vivos, el origen de los mamíferos no puede ser explicado por la teoría de la evolución. Como admitió George Gaylord Simpson muchos años atrás: Esto es verdad para los 32 órdenes de mamíferos… Los miembros conocidos más antiguos y primitivos de cada orden [de mamíferos] ya tienen los caracteres ordinales básicos, y en ningún caso es una secuencia aproximadamente continua de un orden a otro conocido. En la mayoría de los casos el corte es tan marcado y el bache tan grande que el origen del orden es especulativo y muy disputado… Esta ausencia continua de formas de transición no se limita a los mamíferos, sino que es un fenómeno casi universal, como ha sido notado por los paleontólogos. Esto es así para casi todas las clases de animales, tanto vertebrados como invertebrados… esta es la verdad de las clases, y de los filos animales mayores, y es aparentemente cierto para las categorías análogas de plantas. (George Gaylord Simpson, Tempo and Mode in Evolution, New York: Columbia University Press, 1944, pp. 105, 107.) El fósil representado aquí, el cráneo de una hiena de entre 23 y 5 millones de años, corrobora esta afirmación. Este fósil prueba que las hienas siempre han existido como hienas y refuta la teoría de la evolución. Cada fósil que los evolucionistas han producido hasta la fecha como prueba de la evolución han sido falsos o irrelevantes. Siempre que excavan el fósil de una criatura extinta, lo anuncian con frases como “un caballo recientemente descubierto” o “la forma intermedia perdida.” Pero cuando estos fósiles proyectados como prueba son sujetos a una investigación seria, inmediatamente se descubre que no tienen relevancia para la evolución. Hasta ahora, millones de fósiles han sido descubiertos alrededor del mundo, y ninguno indica que la evolución ocurrió alguna vez sobre la Tierra. Pero estos fósiles que prueban que la evolución no es científica y que la Creación es un hecho innegable son en su mayoría escondidos en áreas de depósito de los museos y nunca se exhiben. El hecho que las hienas que vivían hace decenas de millones de años no sean diferentes de los miembros actuales de la especie es evidencia para la invalidez de la teoría de la Evolución. Si las afirmaciones de los evolucionistas fueran verdaderas, las hienas ya deberían haberse convertido en mamíferos muy diferentes. Pero no pasó nada similar.

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