CRANEO DE LOBO

Si las afirmaciones evolucionistas fuesen ciertas, entonces los cráneos de lobos que vivieron hace 9,3 millones de años deberían ser marcadamente distintos a los de los lobos de la actualidad. Pero como podemos ver en la foto que aquí presentamos, los de aquella época y los de hoy día son iguales. Es evidente que ningún lobo se planteó en todos estos millones de años, “¿por qué no amplío mis capacidades y compongo una ópera?”, para convertirse luego en músico. O seguramente nunca se preguntó, “¿Por qué no diseño palacios?”, para, a continuación, convertirse en arquitecto. No sólo los registros fósiles de los lobos, sino los de todas las demás especies vivientes, prueban claramente que ninguna criatura pasó por cambio alguno en su estructura física y que ninguna forma de vida se ha desarrollado jamás de otra. Sin embargo, los darwinistas afirman que las modificaciones evolutivas, que nunca se vieron en peces, insectos, reptiles, aves o mamíferos, sí tuvieron lugar en los monos y que alguna especie de éstos se convirtió en humana. Pero la regularidad permanente en todas las especies vivientes es suficiente para que quede en claro que dicha afirmación es una mentira.

DEVAMINI GÖSTER